Que no, que yo no necesito una agenda

Estaba el otro día en la fila del pan y detrás de mí, dos personas están hablando sobre su trabajo.

Un de ellos, le decía:

“… pues yo no necesito agenda, cuando necesito pedir algo, llamo directamente al proveedor, le llamo tantas veces como cosas me van surgiendo o me voy acordando durante el día…”
“… mi jefe me dice que por qué no llevo una agenda y elijo una hora del día para hacer una única llamada con todo lo que necesito…”
“… pero es que yo, tío, me organizo mejor así…”

El tono que utilizaba era de indignación, ese tono de, mira mi jefe qué tocapelotas…

Yo también he tenido jefes (y por eso mismo, ya no lo tengo), pero en este caso, voy a romper una lanza por el jefe.

Lleva razón, ¿no crees?

Un cálculo pequeño:

Si tenemos en cuenta que una llamada puede suponer una media de 3 minutos, siempre y cuando te atiendan a la primera.

Si realizo una media de 5 llamadas al día, son 15 minutos al día.

Suponiendo que trabajo 5 días a la semana, son 75 minutos.

Si los multiplicamos por 222 días laborales al año, se convierten en 3330 minutos.

55,5 horas al año, colgado al teléfono.

A lo mejor, una agenda, pues tampoco es necesaria, pero un papel y un boli, creo que en este caso soluciona bastante el derroche de minutos.

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#AQUÍMISMO

Destripa el proceso de hacer productivo como lo es algo tan viejo como

la repetición,

la rutina,

hacer la cama,

lavarte los dientes,

enviar el informe mensual de clientes nuevos,

rellenar el papel de la impresora…

P.D.

Todos necesitamos una agenda o un Google calendar o cualquier otra herramienta que nos mantenga alertas de pequeñas cosas que, si se nos olvidan hacer, se conviertan en grandes errores y no sólo me refiero al ámbito profesional, ¿alguna vez no las has liado con una fecha de aniversario?

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