“Las cosas” no son las responsables de lo que te sucede

Lo primero que aprendimos, Raquel y yo, durante nuestra formación como Coaches, es que “las cosas” no son las responsables de lo que nos sucede, es lo que decidimos hacer nosotros, con todo lo que nos sucede:

El malestar de un cliente,
Una pandemia,
Un conflicto bélico…

Es la diferencia entre elegir ser víctima o ser protagonista.

La manera en la que reaccionas ante las circunstancias que se plantean en tu día a día, están vinculadas a las creencias que tienes sobre tu entorno.

Tus decisiones están basadas en esas creencias que has ido adquiriendo a lo largo de tu vida, en casa, en el colegio, en el trabajo….

Qué importante es que las identifiques y separes las que te impulsan de las que te paralizan.

Haber elegido el camino de ser protagonista de tu vida y elegir el camino de crear, de construir una empresa, no te hace libre de esas creencias limitantes. En cualquier parte del camino, te encontrarás con algún pensamiento paralizante. Vas a buscar siempre un culpable cuando las cosas no vayan como habías imaginado en un principio, ya sea en los inicios de tu emprendimiento, cuando estás en una etapa de expansión o cuando estás intentando sacar un nuevo producto al mercado.

Te facilitamos unos ejemplos sobre pensamientos limitantes de empresarios españoles, seguro que te identificas con algunos de ellos. (Datos extraídos de la encuesta realizada con el equipo de Joe Moliner).

El 10 % piensa que asesores o empresas externas a la organización no pueden ayudarles, porque creen que “alguien de fuera no puede conocer a fondo a la empresa”.
El 11 % cree que lo que cuenta en su negocio son los factores externos (situación económica, mercados externos, políticas públicas…): lo que les priva de una política de manejo de crisis efectiva.
El 44 % considera que un directivo tiene que “saber todo lo que pasa en la empresa”: una forma de decir que les cuesta delegar y confiar en el talento de sus trabajadores.

El 83 % cree que el CEO es el encargado de resolver todos los problemas de la empresa: algo que promueve un mal diseño de los niveles de responsabilidad y condena al CEO a estar continuamente apagando fuegos, por lo que no puede concentrarse en sus propias funciones.

Se trata de pensamientos que nacen de momentos confusos, volátiles, de frustración y de la búsqueda de una explicación a lo que sucede en tu entorno, y te impiden ver la realidad de forma objetiva, desde una perspectiva adecuada.

Lo más dificultoso: detectar si el pensamiento te está impidiendo tomar decisiones que beneficien a tu empresa.

Lo más fácil: modificar esos pensamientos, pues no son hechos consumados.