Soy una de esas personas que creen firmemente que el secreto de las Organizaciones con éxito, se basa y depende de las personas que las componen.
Parece una afirmación muy sencilla, pero claramente no lo es, si lo fuera, las empresas elegirían minuciosamente a qué tipo de líderes ponen bajo el mando de sus equipos, analizarían al máximo cada variable, no sólo la orientación a resultados, ni se dejarían guiar simplemente por el desempeño obtenido en años anteriores, tampoco por un lenguaje corporativo correcto pero vacío de propósito; tampoco debiera ser relevante los proyectos que han ejecutado con éxito en el pasado. Todo eso, tan sólo indica, que son excelentes profesionales, con un grado de compromiso altísimo y un enfoque en resultados muy superior a la media, pero no asegura de ningún modo que su estilo de liderazgo sea el adecuado para obtener los mejores resultados con el equipo que trabajan.
Estamos en un entorno ya no cambiante, sino totalmente volátil, donde la inteligencia artificial hace buena parte de nuestro trabajo, solo hay pocas cosas que serán inmutables, y entre ellas están los pilares que sujetan y alimentan a las personas, como son:
Motivación Lealtad
Potencial Pasión
Responsabilidad Confianza
Compromiso Talento
La diferencia en que un profesional o equipo den resultados excelentes a medio o largo plazo a dar resultados cortoplacistas, radica en la implicación que tienen cada uno de ellos en estas características, solo el líder que sea capaz de potenciarlas desde el respeto, la convicción y sobre todo la inspiración, alcanzarán un nivel superior y por lo tanto duradero en el tiempo.
Este tipo de liderazgo se diferencia esencialmente de otros estilos, en la capacidad de desarrollar a otros, identificar cuáles son las fortalezas de su equipo para potenciarlas y retroalimentarlas y cuáles son esas áreas de mejora que le están obstaculizando para llegar a sus objetivos, mediante la planificación de acciones.
Esto no es fácil, se necesita como base la confianza del colaborador, su respeto y su compromiso, solo el líder que logre inspirar todo esto a través de su ejemplo, podrá acceder a esa puerta que le abrirá el camino hacia el siguiente escalón.
Para mi la base principal reside en la honestidad de sus acciones, que el fin último no sea los resultados, sino que estos sean una consecuencia de sus acciones, su misión tiene que ir más lejos, tiene que tener un fin que sea mucho más relevante, más duradero en el tiempo, una forma de actuar que le preceda, que haya sido partícipe realmente de una transformación en su entorno, que cuando cambie de puesto su huella siga ahí, sus colaboradores lo recuerden como alguien que les ayudó a llegar a donde no habrían llegado solos, que se hayan sentido acompañados, que los haya retado a ser mejores desde la implicación y la mejora.
Muchos son los retos que afrontan las Organizaciones hoy en día, pero el mayor reto de todos es desarrollar el talento que en ellas reside, sólo los mejores líderes lograrán equipos comprometidos a largo plazo.
“Los líderes no crean seguidores, crean más líderes” Tom Peters.
Consultora de Talento, Analista Conductual, Coach Ejecutivo y Sistémico de Equipos y Formadora Habilidades Directivas experta en Comunicación